El equipo de La Plata se impuso en el Minella por 4 a 1 con el aprovechamiento integral de cuatro jugadas con pelota detenida, un "clásico" en su historia.
por Vito Amalfitano
Aldosivi se dio un golpe con la realidad. Y fue duro. Venía jugando mal, pero sumando puntos, en el inicio del año. Pero tras la derrota de la semana pasada en Temperley llegó este cachetazo. Estudiantes de La Plata goleó anoche al equipo de Mar del Plata por 4 a 1, en el Minella, ante regular cantidad de público, por la decimonovena fecha del Campeonato de Primera División del fútbol argentino.
Estudiantes fue contundente. Y aprovechó integralmente las jugadas con pelota detenida. Una carga inversamente proporcional a la forma desastrosa en la que marcó Aldosivi en esas situaciones, pero también en las acciones en movimiento.
Es cierto que todo fue cuesta arriba para Aldosivi desde el principio. Porque en dos jugadas con pelota detenida se corporizó la estatiticidad defensiva del equipo de Mar del Plata, ya evidenciada en las jugadas en movimiento, con una línea de tres muy dubitativa y con demasiados espacios para el rival. Pero la primera fue demasiado temprano.
En los tiros libres de Sebastián Dubardier, en realidad, no tuvo que ver la línea de tres, sino la poca capacidad de reacción de todos los que debían marcar en la jugada con pelota detenida. Y también la destreza del ejecutante.
Primero, a los 7′, el envio fue atajado magistralmente por Pablo Campodónico, pero nadie apareció en el rebote para ayudarlo y Matías Aguirregaray si surgió para convertir el 1 a 0.
A partir de ahí Aldosivi tuvo más la pelota y se acercó paulatinamente al arco rival. Se lesionó prematuramente Cristian Llama y fue reemplazado por Antonio Medina. Tuvo el equipo de Mar del Plata dos oportunidades en los pies del delantero más peligroso, Nery Bandiera, la primera conjurada por Andújar, y en la segunda salió un remate apenas por encima del travesaño.
Otra jugada de Bandiera, a los 24′, derivó en una arremetida de Quilez que provocó una mano de Bautista Cascini. El árbitro Tello Figueroa vio claro penal que Jonatan Galvan resolvió con suficiencia para el 1 a 1.
Pero una vez más Aldosivi sufrió en lo defensivo. Primero con un par de desbordes de Lucas Rodríguez y el colombiano Juan Otero, favorecidos por los espacios que deja la línea de tres del equipo de Mar del Plata. Y después otra vez Aldosivi padeció la jugada con pelota detenida. Otro tiro libre “envenenado” de Dubarbier, desde el mismo costado derecho, a los 41′ le picó justo a Campodónico, otra vez sin reacción de sus compañeros ante la aparición de Jonathan Schunke para molestar, y no hubo oposición para el 2 a 1.
Tanto sufrió en defensa y en accions de pelota parada, que de esa manera se le terminaron también a Aldosivi todas las ilusiones a los 17′ del segundo tiempo. Un córner del ingresado Augusto Solari fue bajado de cabeza con tranquilidad y en soledad por Javier Toledo y después, con un gran gesto técnico, definió de chilena Matías Aguirregaray, una vez más ubicado en el lugar indicado, en el momento justo.
Otro tiro de esquina, a los 28′, “liquidó” la historia. Nuevo envio de Augusto Solari y un cabezazo en soledad de Bautista Cascini para el 4 a 1.
Otros dos centros derivaron en un cabezazo en el travesaño y una acción mal anulada que terminaba en un quinto tanto.
Estudiantes aplicó la medicina que más le gusta, o más emparentada con su historia. La efectividad en la jugada con pelota detenida. No fueron sus únicos méritos, pero así llegó a la goleada.
Esas efectividad de Estudiantes en la pelota parada fue, a su vez, un cóctel demasiado explosivo para la endeblez defensiva de Aldosivi. No fueron las únicas deficiencias del equipo de Mar del Plata. Sus problemas en el retroceso y las grandes brechas de su línea de tres se evidenciaron en movimiento. Y también su nula capacidad de llegada en el segundo tiempo.
Un baño de realidad para Aldosivi. Más allá de la diferencia exagerada en el resultado. A partir de ahora, solo cabe ir mejorando.
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